Camión de lona (o tauliner)

Este tipo de tráiler es el más habitual y su semirremolque se encuentra cubierto por los laterales y por arriba con lonas, que pueden ser quitadas. Esto le permite ser muy cómodo para realizar cargas y descargas y puede adaptarse a una gran cantidad de materiales, además de estar indicado para el transporte de productos que resultan difíciles de cargar.

Plataforma abierta

En este caso la plataforma donde va la carga está abierta (aunque puede estar parcialmente cubierta por los laterales dependiendo de la mercancía y de la posibilidad de que se mueva). Aunque también ofrece muchas opciones, se suele emplear para mercancía pesada, construcción, etc.

Cisterna

Muy habituales de la mercancía ADR, las cisternas se usan para el transporte de productos líquidos, gaseosos y químicos, que tienen unas exigencias de seguridad particulares.

Frigoríficos

Como su propio nombre indica, los frigoríficos son los camiones encargados en el transporte terrestre de la mercancía que ha de viajar refrigerada. Dependiendo de si cuentan con sistemas de generación de frío o solo de aislamiento con el exterior pueden ser frigoríficos, refrigerados o isotermos. Los alimentos son los clientes más habituales de este tipo de vehículos. Aunque son menos frecuentes, también existen camiones caloríficos para mantener la temperatura por encima de una determinada cantidad de grados.

Cerrado

Los camiones cerrados, en oposición a las lonas, presentan una estructura rígida en el compartimento de carga. Esto hace que únicamente puedan ser cargados desde su parte trasera, mientras que los de lona pueden cargarse también desde los laterales. Son vehículos usados habitualmente para el reparto urbano y la paquetería, aunque también existen tráileres de caja cerrada.

Transportes Especiales

El Reglamento General de Vehículos determina que la longitud máxima de un camión articulado debe ser de 16,5 metros y su anchura no puede sobrepasar los 2,5. En ocasiones, esas dimensiones no son suficientes para el transporte de determinados objetos voluminosos, como pueden ser las aspas de los molinos de viento que generan energía eléctrica.Cuando ocurren estas circunstancias, es necesario solicitar una autorización especial para poder circular por las carreteras evitando riesgos inaceptables para la seguridad vial, daños a las infraestructuras o perjuicios a la movilidad del resto de usuarios. Para ello se contemplan tres tipos de autorizaciones.La primera, denominada Autorización Genérica, incluye a los vehículos de una longitud máxima de 20,55 metros, una anchura de tres metros y una altura de 4,5. Su peso no puede exceder de 45 toneladas. Por su parte, la Autorización Específica aumenta la longitud hasta los cuatro metros y el peso hasta las 100 toneladas.  La Autorización Excepcional contempla una anchura máxima de cinco metros y una altura límite de 4,5 metros, permitiendo la misma longitud y tonelaje que la Autorización específica.La solicitud de un transporte especial debe incluir también el itinerario previsto, marcando los puntos de origen y destino, e identificando las provincias y el nombre de las carreteras por las que se va a circular. La ruta debe ser lo más directa y coherente posible.Este tipo de transportes, ya circulen por autopista, autovía o carretera convencional, deben estar acompañados por vehículos piloto. Dependiendo de las dimensiones de la carga, el citado vehículo deberá ir detrás o delante y detrás, a una distancia que oscila entre los 40 y 50 metros de distancia. Asimismo, cuando el vehículo de transporte especial supere los cinco metros de anchura, los 50 de longitud o no puedan garantizar una velocidad mínima de 40 km/h en llano, deberán ser acompañados por una escolta de agentes de la Guardia Civil de Tráfico.